Para olvidarte no tengo receta,
Cuando te pienso mi alma se encasquilla,
Se queda desolada en una silla,
Quedando en blanco mis dotes de poeta.
Mis sueños no caben en mi maleta,
Te lo digo así, de forma sencilla,
¡No me pongas esa cara de pilla!
Sabes que te entregué mi alma completa.
A veces me haces sentir como el malo,
Sobre todo cuando el alba despunta,
Viendo nacer el día a solas… ¡qué palo!
Lo que siento, mi corazón lo apunta,
Para no olvidarlo y hacerte un regalo,
Me da igual qué diga la marabunta.
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