¿Adivinas cuáles son mis sueños postreros?
Mi corazón contigo a fondo se ha ejercitado,
El tuyo se hizo al conocernos mi apoderado,
Ya no me hacen falta ni alhajas ni dineros.
Un día lo van a flipar en color los herederos,
Te lo estoy diciendo con tiempo anticipado,
No te quedes quieta pensando que es pecado,
Los adalides del amor son demasiado severos.
Te quiero con locura… ¡y de qué manera!,
Al conocerte obraste en mí un intenso seísmo,
Mi alma te echa de menos de forma muy fiera.
Alejarme de ti es abocarme al filo del abismo,
Lo que más necesito oír de ti… ¡si yo lo oyera!
Sería hacer de mí el cien por cien de mí mismo.
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