05/09/15 - DOS POEMAS PARA UNA BODA
Escucha la novia dulce y serena,
el tañer de las campanas del campanario,
la sangre se le acelera por las venas,
al grito de vivas del vecindario.
Su corona de rosas, su velo blanco,
su corazón henchido por el amor,
el brazo de su madre, a su flanco,
la enaltece y la llena de fervor.
Entra en la iglesia, llena de gente,
suenan las notas del himno nupcial,
se inclinan las cabezas de los fervientes
admiradores de tu hermosura sin igual.
Javier te espera en el altar,
le tiemblan las manos y las rodillas,
llena de gozo quieres saltar,
la lágrimas corren por tus mejillas.
El cura reza su sacramento,
la pareja se mira con complicidad,
se oyen sollozos, ningún lamento,
la iglesia se llena de felicidad.
Llegan los besos y los abrazos,
los parabienes, y los achuchones,
algún recuerdo triste, muy escaso,
el cielo azul se ofrece sin nubarrones.
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