NOS CONOCIMOS UNA TARDE
Nos conocimos una tarde por accidente,
tú volvías de tu exilio en Las Batuecas,
nos miramos fijamente y de repente,
nuestras almas resonaban como huecas.
Quiero ver tu ropa interior en desfile,
Y mirar la piel que habita tu esqueleto,
En tu busca no me paran mil fusiles,
Sólo espero agazapado el momento concreto.
Sin ti me siento como mi propio asesino,
Aprieta la ansiedad y aprieto los dientes,
Eres ese amor que se fue pero que no vino.
En tu busca empleo el fervor de los creyentes,
Con los sentimientos no se juega en el casino,
No me importa vivir contigo bajo los puentes.
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