Nos tienen sana envidia los mismos sabios,
Que sueltan a nuestro paso un árido gemido,Tanto amor lo tenían ellos mismos en su olvido,
Lo dicen sin tan siquiera mover sus labios.
Sonrisa petrificada con un malva pintalabios,
No han sabido entrar en grupo tan reducido,
Sembraron amor pero no les ha amanecido,
Amar significa no edificar nunca agravios.
A nuestras ilusiones nunca les falta aliento,
Van siempre de cara con el alma animada,Lo mismo a favor que a merced del viento.
Nunca he tenido que rogar besos a mi amada,
Por eso le hago cada día un gran monumento,
Pues sin ella mi corazón es un páramo sin nada.
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