Tus ojos alumbran como dos soles,
iluminando un camino de vida,
esa vereda llena de oles y oles,
en la que tú eres mi consentida.
Quizás llegó el momento en que enarboles
la bandera del amor que no olvida,
con tenue luz de gas de los faroles,
un rayo de esperanza compartida.
Así deben de ser nuestros asuntos,
poniendo el amor por moda y bandera,
sin miedo al porvenir desconocido.
Sin un punto y coma, ni dos puntos,
amándonos de bonita manera,
sin dar ningún cuartelillo al olvido.
Brindo por ese poco que nos vemos,
por los leves roces de nuestras manos,
porque cuando lo queremos, podemos
con sordera de besos cotidianos.
2 comentarios:
Despues de tanto desamor,llega uno de amor....guapiiiiiiisimo!!!!
Muy buenos también esos brindis.
¡¡¡Me encantan!!!
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