Pongo rumbo a tu corazón como buen marino,
Ir al abordaje de tu alma yo quisiera,
Pero un vientecillo un tanto divino,
Me cierra el paso y para en seco mi carrera,
Yo que siempre he sido bastante fino,
Y que nunca me he tomado tu amor a la ligera,
He de mantener mi navío en firme tierra,
Por miedo a perder contigo la mejor guerra.
18
No atiendes a lo que mi alma te ofrece,
Te aseguro que no es ninguna broma,
Sin tu presencia ella se enloquece,
Junto a ti simplemente se aploma,
Ya ves que al final sí que es lo que parece,
No puedo ocultar que mi amor se asoma,
Y crece como amapolas entre espigas,
Con la constancia que tienen las hormigas.
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