un llanto desesperado,
un grito silenciado,
al temido y definitivo adiós.
Cuarenta menos dos,
vivir la vida sin ella,
ver pasar de largo las estrellas,
implorando siempre a Dios.
Cuarenta menos dos,
siempre es una larga espera,
amarga para quien desespera,
poder besarnos entre nos.
Cuarenta menos dos,
no hace caso a su corazón,
pero ha tomado su decisión,
carraspea un repentino ataque de tos.
Cuarenta menos dos,
¿y si resulta que me quiere?
pero no lo puede decir…..
¿es igual que mentir?
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