Beso frío de noche, beso blanco de día,
En tu mesa ella pondrá el color del mantel,
Sabrás que la muerte poco a poco florecía,
Y tú ni tan siquiera podías rozar su piel.
El amor para el más común de los mortales,
Es el mejor huerto que se puede cuidar,
Ante él todos somos tan diferentes e iguales
Todo depende de lo que estés dispuesta a dar.
No te preocupes, tampoco la puedes seguir,
Te llenará de calma tras tanta tempestad,
Debe de ser parecido a cuando se siega una flor.
Si hemos de morir… ¿Para qué tenemos que vivir?
¿Será que en el amor podemos encontrar piedad?
En la vida y en la muerte prevalece el amor.
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