Me puedes tachar como el más cruel de los villanos,
incluso paso por ser cortesano en la corte,
mi alma no necesita un bendito pasaporte,
para intentar cogerte bien fuerte de las manos.
En vez de un charco chico, yo piso un gran pantano,
tú lo único que haces es aplicar recortes,
perdido todo, no pierdas también el norte,
encima yo cargo el sambenito de pagano.
No me creas a mí, mejor haz caso de la gente,
no siempre es más feliz el que más saliva gasta,
por tu amor puedo ser un grandísimo usurero.
Puedo llegar a ser todo menos irreverente,
llegado el momento yo también se decir ¡basta!
ya no me queda ninguna tinta en el tintero.
Brindo por todos esos que lloran y reniegan,
por los que sufren silencio en sus benditas casas,
por los que teniendo mucho tiempo nunca llegan,
por las tristes soledades en las que me abrasas.
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