Me llevan loco,
Ya no miran como antes,
Y poco a poco,
Se ajustan como guantes,
Y ante los desplantes,
Me deja medio tonto.
¡Que ya no soy un niño!
Y se apretar los dientes,
Cuando te nombra mi boca,
Logro que te despiertes,
Y ríes como una loca,
En otra cama que te descoloca,
Pensando en las malas suertes.
Soy experto en darte la lata,
A veces tan lúcido,
A veces tan retorcido,
Y con metedura de pata,
Pero siempre ofreciendo amor,
Ese amor que es un clamor,
Esperando ver cuando se desata.
Cinco, ya van cinco cortos años,
Desde el “momento escalera”,
Ese que tú no recuerdas,
¡Siento tanto que te lo pierdas!
¡Revivirlo quién pudiera!
A veces se destemplan las cuerdas,
La desazón te acongoja y te quema.
Habitamos de nuevo en la frontera,
El mañana ya no existe,
El jilguero llora sin alpiste,
¡Si Dios quisiera que no te quisiera!
El futuro nos juega al despiste,
Ayer ya preguntaba por qué te fuiste
Tu alma me es siempre traicionera.
Voy a ir a buscarte,
por derecho,
Tan sólo quiero amarte,
Sentirme satisfecho,
Así que no te alarmes,
Si tienes otros planes,
Mi amor es un hecho.
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