Y eso que cree que eres la mejor de las mujeres,
Se mueve con cierto aspecto místico y virginal,
Con solo mirarle le aportas los mejores placeres.
Cada noche que sueña contigo es un sueño divino,
Blanco, natural, puro como pueda ser el lino,
Sabe verte al natural con tus sonrosadas mejillas,
Luciendo un brillo precioso, sonrisa de campanillas.
Realmente es que después de tanto sueño ve luego,
Incandescente su alma rezumando un fogoso fuego,
Con los pies en el suelo sabe de esta pesada cruz,
Aunque al final del túnel se empieza a ver la luz.
Y sí, lo sabe. ¿Y qué?, ¡Total!, ¿Cuál es la diferencia?
Mejor sería, tal vez, que no supiera un pimiento,
Al menos quedaría la soledad sin más injerencia,
Se acabaría de cuajo tanto destino triste y cruento.
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