con cara de niña buena,
y con su pinta de hada,
terrible si se desmelena
dice no haber roto un plato,
pone cara de angelito,
su amor no resulta barato,
nunca dice: “Te necesito”.
A lo sumo suelta “espacio”,
Que es lo que si necesita,
Sigue ciega en su palacio,
Cara triste de princesita.
Pasa el tiempo tan tranquila,
parece no ir más con ella,
no hace caso al espabila,
siempre mira a las estrellas.
Las respuestas no las sabe,
O ya no las quiere saber,
No las busca y la culpable,
Es su fiel manera de ser.
Podría cambiar su mundo,
Tan solo con quererlo hacer,
Más duda a cada segundo,
Se pierde por un no-sé-qué.
Anda algo más confundida,
Más de lo que debería,
no está del todo aprendida,
lección de lejanía.
Veremos al cuarto día,
Quién se pone nervioso,
En el andén no hay tranvía,
El pretérito es espantoso.
El móvil está inmóvil,
La luz luce muy apagada,
Ya no cimbrea ni se mueve,
La esperanza está desgastada.
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