Mi alma te espera inflamada,
Quiero vivir contigo la aventura,
De sentirte bien enamorada,
Con paz y harmonía sosegada.
Busquemos esa sombra segura,
Y déjame tu alma disfrazada,
Pensemos con total cordura,
Bajo la noche estrellada,
¡suspiro hondo por mi amada!.
Tu sonrisa es nerviosa y dichosa,
¡hace tanto que no la veía!
Mira que tiene guasa la cosa,
Tu alma, que es la que me guía,
Solo me deja rastro de sequía.
Alguna que otra hora embarazosa,
A la luz ardiente del mediodía,
Dejaba mi alma un poco rumbosa,
Por cosas que yo ya sabía,
¡Ya nada es lo que parecía!
Mis noches son tristes y solas,
Al igual que las alboradas,
Como cansino repiqueteo de olas,
Banda sonora de madrugadas,
Mis estrellas están estrelladas.
Choco contra tu rompeolas,
Con unas fuerzas inusitadas,
Los sonidos de las caracolas,
Son llamadas desesperadas,
Que esperan ser liberadas.
Tú me vigilas desde tu almena,
Dejas tu mirada como suspendida,
Mi alma te contempla serena,
Entre alegre y confundida
Eres alimento para su vida.
Tú haces mi vida amena,
Porque eres la más querida,
Y merece cien veces la pena,
Esta espera tan fallida,
Tan buena y tan incomprendida.
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