viernes, 28 de junio de 2013

1173 JUGANDO A LA RAYUELA


ALEJANDRINOS

Te recuerdo preciosa jugando a la rayuela,
Con una corta minifalda y tus largas trenzas,
Causabas gran furor y más de un dolor de muelas,
Cada día al verte me moría de vergüenza.

Solo con nombrarte me salían los colores,
Íbamos a dúo a juego con tus coloretes,
Bebía cada tarde vientos por tus amores,
Tú hacías caso a los falsos dimes y diretes.

Caminaba siempre con más cuento que Calleja,
Gastando suelas de zapatos tras de tu sombra,
Te ofrecía mi corazón limpio y en bandeja
Poniendo a tus pies una preciosa y roja alfombra.

Te ibas con tus amigas jugando al escondite,
Nunca entendía los desplantes y moralejas
El mal sabor de boca ya no hay quien me lo quite,
Viendo cómo, con el tiempo, vienes y te alejas.

Fueron felices años de párvulos y escuela,
Llegaron con frescura los tiempos de instituto,
Un refrán reza: ¡quien no quiere no se consuela!,
Pero desde entonces tengo el corazón de luto.

Pasa la pubertad y llegamos la madurez,
yo un largo camino, tú por estrecha vereda,
vives en una cuerda floja, delante de un juez,
Tengo claro que contigo ya no hay quien más pueda.

Conservo fresco el recuerdo de tu mala leche,
De tu poco tacto indiferencia y altanería,
Ahora solo alcanzo a decir: ¡que te aproveche!
Harto ya de estar harto de tanta tontería.

Tranquilo y cerca la frontera de los cincuenta
Miro atrás sin acritud y con mucha confianza,
Al final ser feliz va a ser lo único que cuenta,
Es el mayor peso que refleja mi balanza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso poema para una bonita historia de amor de la¿infancia?;o no tan bonita,depende de la perspectiva que se mire.Puede que la chica no fuera tan indiferente,ni se creyera superior,ni intentara hacer daño ....simplemente"era una niña"......