El verano pone al corazón de poda,
Y ahora que ya tiene para comer,
No le queda hambre que satisfacer,
Esperando sentado el día de la boda.
No sacia la sed con whisky y soda,
Eso que llevaba trazas de comandante,
Se ha quedado con un coma andante,
Esperando que llegue el día de la boda.
Ahora que el corazón ya no está de moda,
Mi alma llora desconsolada y sangrante,
Pero hablarte de ello te desacomoda.
Busco un corazón que quiera ser donante,
Para entregarle mi ser y mi alma toda,
y convertirme en su Caballero Andante.
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