No te diré más que te quiero,
Tu corazón parece que está dormido,
No se da cuenta de ser perseguido,
Se ha vuelto tan frío como el acero.
Tu mirada se agita como un lucero,
A veces tiene un aspecto dolorido,
El olvido a dentelladas lo ha mordido,
Necesito de descanso y de cuidado severo.
Tu sonrisa la transmiten los violines,
Ahora que ya es demasiado tarde todavía,
Los caballos dejan sueltos sus crines.
Te he entregado toda la vida mía,
La he dejado libre en tus jardines,
Acaba de una vez con mi agonía.
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