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Jinetera, ya guardé mi guitarra,
Sus cuerdas se han quedado mudas,
No recuerdo la canción que cantabas,
Tampoco el olor de tu sudor, desnuda.
Las notas del tango ya no suenan,
Toda la algarabía ha quedado queda,
Tu mirada hace que ya no me encadena,
Mi alma toca el sálvese quien pueda.
Sabes que te amaré hasta morir,
Pero tengo que acabar éste sufrir,
Porque no puedo soportarlo más.
Ya no volveré a aquellas cantinas,
Rodaré triste y solo por las esquinas,
Me condenas a volver a tomar y a fumar.
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