Tú deshojabas tus noches tristes
Pensando en volver a darle un beso,
Él, agarrado a sus eternos despistes,
Seguía teniendo tu corazón preso.
Reina de corazones sin corona ni alpiste,
Soñando mil y una noches con su regreso,
Al final llorabas siempre sus chistes,
Tan enamorada de su corazón travieso.
Hiciste bien la tarde en la que te fuiste,
Solo se te puede acusar de amor confeso,
Pero es encomiable ver cómo resistes.
Debes de intentar sacar tu corazón ileso,
No le des más vueltas y no rechistes,
Al final te andará buscando como un poseso.
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