Estos cuatro versos nacieron al leer una noticia según la cual en Platja d´Aro habían caído unos delincuentes internacionales de alguna república soviética de cuyo nombre no logro acordarme.
La mafia rusa llegó en lujosa limusina,
por fuera el coche mide más que una piscina,
dentro viajan tres sicarios, un chófer tuerto,
y dos putas trajinándose a un medio muerto.
Derrapajes y ruido de bohemios cristales rotos,
Sube la adrenalina, te pones como una moto,
Destellos de sables que cortan el aire fresco,
el precio de una vida es cambiada por un refresco.
Coches negros y largos por calles angostas,
Sube un pico el precio del kilo de langosta,
El caviar aunque ruso sabe a cuento fatal,
mezclándote con ellos no esperes un buen final.
Grandes casas con columnas de mármol italiano,
Esta gente es ruda y nunca te tiende la mano,
Los bolsillos los llevan llenos de dinero,
Sus apuestas versan sobre quien caerá primero.
Así, serán los reyes del mambo el día menos pensado,
Controlando desde Siberia la economía del mercado,
Tomando decisiones sin que les tiemble el pulso,
Un accidente, dos tiros y aprueban el final de curso.
Son los amos de la mitad de más medio occidente,
Sin prisa pero sin pausa, van metiendo a su gente,
Ni jeques, ni petrodólares, con fútbol y sin puñetas,
Yo prefiero felicidades un poco más incompletas.
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