Su boca encierra una biblioteca de besos,
Aliñados con sudor, temblores y saliva,
No la puedo olvidar y tan sólo por eso,
Estará presente por siempre en mi vida.
Siento el deseo cuando me besa,
Un deseo pasional y encendido,
Que me turba, me enloquece y me embelesa,
Que me deja inmensamente feliz y aturdido.
Mi hábitat es la orilla de su sonrisa
Ahí quiero vivir el resto de mi vida,
Amaneciendo y anocheciendo sin prisa.
Y cuando apague la luz y ponga esa pose
Y me susurre al oído las buenas noches,
Juntaremos nuestros cuerpos y nuestras risas.
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