Pero sin darme cuenta llegué tarde,
Parece que me gusta vivir en el abismo
De estar siempre de ti equidistante.
Me consta que tu corazón tampoco
Se presentó a la hora convenida,
Estoy harto de esperar poco a poco,
Que seas tú la que decides el final de la partida.
Luego de un buen rato,
De esperarte para cerrar el trato,
Que mi alma insistente me pide,
Una voz en off me dijo,
Para un poco chaval, no seas pijo,
Y apúntate al suma y sigue.
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