Quiero que seas la armonía de mi alegría,
El dolor ajeno de tu precioso olor,
La gota fría que se avecina y enfría,
La luz de oro que emiten tus poros…
¡Quiero que seas mi gran amor!
Me tiembla la voz,
Ronronean mis cuerdas vocales,
Y no haces caso.
Tendré que malvender mi amor,
Ofreciéndolo por los portales,
Llenando de lágrimas las postales
Que antes te ofrecía.
Me siegas la vida con una hoz,
Yo que te di mi gran tesoro,
Para avivar tu vanidad.
Estas acostumbrada, pero ya no te imploro
Nada. Quiero vivir mi libertad.
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