El poder gozar de tu cuerpo entero,
Pienso que fue motivo para nacer,
Pasear todo momento placentero,
Estremecernos de puro y buen placer.
Erizarnos la piel del alma a besos,
Morirnos extasiados en la cima,
Acariciarnos como dos posesos,
Nos da igual quién debajo, quién encima.
Los miedos quedan a pies de la cama,
Despierta de golpe tu piel de seda,
Y tu sonrisa es preciosa y angelical.
Tú eres mi señora, mujer y dama,
Viviré a tu sombrajo en cuanto pueda,
Sin ninguna más de arena ni de cal.
Tu sexo a mí tan solo implora y ama,
Junto a mi piel hace el toque de queda,
Juntos sudamos hasta inundar el mar.
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