Te espero desesperado en tus portales,
Espero que vengas disparando fuego amigo,
De guerras fratricidas ya he sido testigo,
Y al final los corazones son siempre iguales.
En tu presencia se acaban de golpe mis males,
Y quiero gastar el resto de mi vida contigo,
Quiero sestear cada tarde pegado a tu ombligo,
Pero para ello necesito que me mandes señales.
Te amo y hasta conseguirte no acabará mi porfía,
Se nos está pasando el arroz… ¿A qué esperas?
Tan solo con vernos con tu sonrisa me adoras.
No aguanto ni una noche más mi cama fría,
Necesito tus caricias diarias como compañeras,
Sabes que en silencio y en la distancia lloras.
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