El amarillo es su buena constante,
Con ese marrón me callo y me intrigo,
Ambos colores los lleva delante.
¿El gran mercado?... el azul de sus ojos,
Casi celestes, como bellos cielos,
Reflejo de un puerto sin mar, rastrojos
Que dejan sus huellas sobre los suelos.
Tiene su duende esta medio Poceña,
Que vuelve al nido cada vez que puede,
Porque sus raíces nunca las olvida.
Nace en Pozo Alcón, pero es Palmareña,
Con su mirada nunca retrocede,
La Fuente Taza va en su alma cosida.
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