13/05/16 - 19:00
Con un puñado de versos,
sinceros y sin reversos,
sin hacer asco a la prosa,
con la espina de una rosa,
te escribo como un amigo,
dejando como testigo
las cenizas de una guerra,
con los pies puestos en tierra,
no me miro mas mi ombligo,
el que hace la paz nunca yerra.
No te pongas muy encima,
que me suavizas la rima,
me pide el alma que grite
que esto no es ningún desquite,
hablar claro es de valientes,
sin mascullar entre dientes.
¿Qué me precedía mi fama?
solo dime lo que sientes,
tampoco hay que hacer un drama,
que yo ya sabré si mientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario