Una miajilla de tu amor te mendigo para rebañar,
Y así alimentar mi alma que se ha quedao esconsolá,
Siente tan triste y tan sola como la quieres esollar,
Mesmamente como si se hubiese partío por la metá.
Recuerdo emocionado cuando me llamaban cabico-tripa,
Te perseguía con mi cabeza llena como olla de grillos,
Más de un consejo gratuito me decía: ¡cuidao con esa tipa!
El alma tenía fama de ser más gandula que un trillo.
Te quería y te quiero porque eres guapa de rechupete,
Porque con solo verte pasar cerca me entra el ajogue,
Porque mi corazón está blanqueado con cal y azulete,
Y porque mi alma blinca hasta el cielo llena de azogue.
Mi corazón para ti es más insignificante que un zuro,
Por eso te da igual, lo dejas de lao, tirao y espiazao,
Lo has convertido a tu conveniencia en un cachirulo,
Eso que por tu querer se ha presentao lavao y esmotao.
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