sábado, 18 de agosto de 2012

877 NI TAN SIQUIERA ERES YA


Ni siquiera eres ya quien atiza
este amor que ya se ha apagado,
se ha convertido en volátil ceniza,
harto de arder esperando, descontrolado.

Yo sigo en pie guerrero y te espero,
aunque caigan rayos y centellas,
el quererte me sale con mucho esmero,
hasta me tienen envidia las estrellas.

El firmamento se ha puesto celoso,
Los luceros hacen huelga de brillo,
Se niegan a caer las estrellas fugaces.

No me interesa vender la piel del oso,
Lloraré desconsolado como aquel chiquillo,
Hasta que sonriendo hagamos las paces.

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