alocado y duro como una roca,
que sepas ofrecerle con tu boca
un beso para no perder la razón.
Cuando empieza a caer la nieve,
al borde de una locura extrema,
sin saber salvarse de la quema,
ya no se si escampa o llueve.
Se me ha secado la saliva
de tanto implorar por ti,
por eso merece la pena que vivas,
cada día más enamorada de mi.
No quiero que te quedes muda,
bien sabes que quien te desnuda,
con la mirada es inmensamente feliz,
soñando con conseguirlo, solo así.
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