Por los cerros de Úbeda ya no canta la cigarra,
No tiene ganas de parranda tu cuate Sabina,
Desoladas en alguna esquina de alguna cantina,
Lloran desconsoladas las notas de una guitarra.
Es cinco de Agosto y está llorando el cielo,
Te está esperando con duende y a duermevela
Los ángeles aprenden a reír como llora Chavela,
Ríos de tequila transitan desde el alma al subsuelo.
Las gargantas de tus amigos están llenas de nudos.
Platicarás y tomarás con José Alfredo largos tragos,
Entre las nubes los dos os haréis grandes halagos,
Los mariachis del mundo se han quedado mudos.
Ranchera de devoción que llora lágrimas de tequila,
Tu joven corazón te ha hecho una mala jugada,
Por esos Madriles que canturreabas, eras su Hada
Madrina y lesbiana, te lloran Almodóvar y Sabina.
No le renuevan el carnet de conducir a la Macorina
Los escenarios lloran echando de menos a su llorona,
Desde San Joaquín de Flores hasta Barcelona,
Están tristes las guitarras, enlutadas en la esquina.
Maldito corazón, se te ha llevado un paro cardíaco,
El poncho rojo se ha quedado sin su vieja dama,
Tiritan de frío hasta las patas de tu cama,
bendito efluvio de alcohol, bendito humo del tabaco.
María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano,
Tu vida la glosará con cariño María Cortina,
Tus canas contemplan serenatas de Joaquín Sabina,
abriste tus brazos hasta las palmas de la mano.
Con casi un siglo has pasado por tu último trago,
Enseñaste a reír tal cual como llora la Vargas,
Con un nudo en el corazón, y la emoción que me embarga,
Con estos cuatro versos, me he quedado corto, de largo.
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