ALEJANDRINOS
Estás sola, sola, descaradamente sola,
Entre una multitud extraña que te rodea,
La gente habla, grita, se desgañita y husmea,
Vida efímera como la espuma de una ola.
Tu alma está irremediablemente muy sola y triste
Tu corazón desolado no mueve la cola,
Todo tu cuerpo te pide el amor a deshora,
Tu corazón no tiene azúcar, ni sal, ni alpiste.
Tu amor es fugaz, frío, run run de caracola,
El silencio se ha adueñado de toda tu vida,
Tu salida es olvidar lo que nunca se olvida,
No mereces acabar a punta de pistola.
Vas y nadas como los peces, sin rumbo fijo,
De un lado para otro, casi siempre a la deriva,
Aguantando con buen pulso, sin alternativa,
Tu alma me pide un abrazo y cálido cobijo.
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