Te vendo un corazón a plazos,
no lo desprecies, menuda faena,
ya he rezado mil y una novenas,
la verdad, está falto de abrazos.
Ya no se cuando me dices mentiras,
y si mientes de verdad de la buena,
solo tu puedes acabar con la pena,
solo con verte mi alma respira.
Mi corazón está en tu mercado,
esperando que sea hipotecado,
por tu sonrisa angelical.
Mi alma sigue estando en pena,
esperando tu cara dulce y serena,
porque es su cordón umbilical.
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