cerrar tu corazón con tus antojos,
y si hace falta mentir, te mientes.
Solo quedan pavesas, ya ni rastrojos,
no quedan ni lágrimas en los ojos,
que puedan explicar lo que sientes.
Cuando veas que solo queda el despojo,
de éste triste corazón, ponlo en remojo,
por ver si agarran nuevas simientes.
Sabes de sobras que no me falta arrojo,
que si no estás a mi vera, ando cojo,
soñando siempre con tus besos ardientes.
A tu lado, paso de ser un triste piojo,
a ser el más alegre y vivaracho petirrojo,
con trinos altaneros y sonrientes.
Si te alejas, no puedo pegar ojo,
me lleno de ira y me pongo rojo,
quedo como un ser triste, mal viviente.
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