Prefiere tener claros tus amores perdidos,
Así podrá descansar con los dolores adormecidos,
Encontrando la calma y paz de un cementerio.
Ahora, con la llegada de los marrones otoñales,
se imprimen en tu cara y la doran,
Tus lágrimas son las nubes que lloran
Las gotas condensadas tras de los cristales.
Sabes que a pesar de todos los pesares,
Mi alma se funde en los mares
Donde se refleja la luz de tus estrellas.
Quien pudiera recolectarlas una a una,
Una noche furtiva, a la luz de la luna,
Para poder ofrecérselas a mi doncella.
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