Me dejas tirado como un zapato viejo,
me siento ignorado con mi joven pellejo,
mi alma se siente injustamente maltratada
haces que oscurezca a pleno mediodía,
y tu hipocresía no hay quien la merezca.
Así van pasando los días con melancolía,
pensando a cada instante donde carajo andarás,
pasando largas noches con sus interminables días
con el alma a dos velas, tan seca y tan fría,
sabiendo que en mi pensamiento te perpetuarás.
Ya se han cansado las suelas de mis zapatos,
de ver lo descarado que hago el mentecato,
por estar siempre pendiente de tu mirada.
Encima te pones celosa y pareces contrariada
porque ya he dado por acabado mi arrebato.
Así ha llegado el comienzo del punto final,
de un corazón que está en fase terminal,
porque tus pasos ya no son igual que mis pasos.
Así te lo comunico porque quiero acaso
que todo se acabe de una forma original.
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