Con sus risas, su hijo y su melena al viento,
Noche eterna sin necesidad que llegue mañana,
Porque a la luz del alba se acaba el cuento.
Lo mejor es su risa cuando le viene en gana,
Pensando en situaciones que la dejan sin aliento,
El amor le llegó tardío y no en edad temprana,
Las agujetas de su alma son con consentimiento.
Es un sinvivir tenerla tan cerca y tan lejana,
Tan madrileña, tan andaluza de bote, un portento,
No cambia la Puerta del Sol por la Puerta Catalana.
Al conocerla la dejo libre y todo se lo consiento,
Porque sabe pisar con garbo por medio de la Castellana,
Mientras lo niego todo y todo me lo invento.
Calella, 05/10/17 – 21:37
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