Mis pantalones cortos y mi tirachinas,
El campo de fútbol empedrado,
Las faldas cortas de mis vecinas.
Recuerdo que fui muy feliz en mi infancia,
Sin móvil, sin ordenador, sin internet,
Con muy poca o nula vigilancia.
Con piojos, con mocos, con chichones, con acné.
Recuerdo a mi madre y a su zapatilla,
Con su tiro siempre acertado a mi nuca,
Algún amigo descerebrao, alguno marica,
Alguna frente muy alta debajo de una peluca.
Recuerdo a mi padre con su uniforme impoluto,
Con su sonrisa perenne siempre pintada,
Un uno de Noviembre con su tristeza y su luto,
Calidad humana en cantidad desmesurada.
Calella, 16/01/17 – 15:46
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