Que una Sra. que ha dedicado su vida a la enseñanza, alabe los ripios que hace uno... es algo que no se puede agradecer. Y que encima sea seguidora infatigable e incansable del Maestro Joaquín Sabina es ya insuperable. Gracias... Mil gracias por tus sabios consejos y por los ratos de buena conversación.
Mujer de palabra y firme
con sus convicciones,
Abanderada de la
inmejorable enseñanza,
Recta como su sonrisa de
bellas facciones,
Irradia simpatía con
mesura y lecciones,
Ata el saber recitar con
precisa confianza.
Te deja boquiabierto con
sincera claridad,
Empecinada en desenredar
mis malos versos,
Resuelve una ecuación de
rima con celeridad,
Especialista del tejer
buenos universos,
Sabe que su preciosa voz no
tiene reversos,
A veces, sin darse
cuenta, te da felicidad.
Goza con la buena conversación
o lectura,
Obviamente tiene corazón
de gran persona,
Ninfa agradable y tierna de
la mejor cultura,
Zigzaguea sabiendo que
entre estrofas se corona,
Ama a la literatura hasta
la calentura,
Lee con avidez mis
escritos y los razona,
Encima me los protege,
interpreta y sazona,
Zarandeándome con un buen
punto de sutura.
Cuando la trae el
recuerdo, la echo mucho de menos,
Ansío el poder escuchar,
en su voz, estos poemas,
Cenicienta de las letras,
argumentos plenos,
Hipnotiza recitando con
buenos esquemas,
Ibérica de razonamientos
muy serenos,
Nunca te dejan pizca
indiferente sus temas,
En su magisterio
apaciguaba fuertes truenos,
Rígida con la mano de
seda, sin barrenos,
O con versos, o con bellas
rimas son sus lemas.