Estos cuatro ripios son la dedicatoria a un libro que vendía hace poco y cuya compradora se llama Irene.
Para Irene,
Para que olvidándome
le suene mi nombre,
y para que siga olvidando
que olvidaba
que la estaba amando,
y ahora,
después de tantos meses,
al volver a verla
mi corazón se detiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario