Me encanta ver volar libre tu cabello,
desde mucho antes de que el mío encaneciera,
te amo mucho, por dentro y por fuera,
pero ni sueltas prenda ni tan solo un destello.
Conmigo mismo cabreado me querello,
al no verte me pongo como una fiera,
con el paso del tiempo esto no es lo que era,
pero yo me ocupo rápidamente de ello.
Nos ha llegado el momento de hablar en plata,
Ya no nos caben las preguntas de quienes
Somos y si nuestras almas son verdugas.
Hemos de montarnos la vida como la nata,
Porque arde Troya y arden mis sienes,
Y la cara se me está llenando de arrugas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario