De este amor somos realmente grandes prisioneros,
prisioneros con convencimiento y en su ofrenda
dejamos al alma al desnudo como una prenda,
para hacer esta vida juntos cual compañeros.
Quedan por andar y descubrir muchos senderos,
quedan por tachar cosas bonitas en la agenda,
tanta distancia al final tendrá su justa enmienda.
¡mueran de envidia de nuestros besos los terceros!
¿Ves como al final ha triunfado nuestra constancia?
¿Ves cómo aquella predicción mía no era la incierta?
¿Ves cómo no somos tan malos como el amianto?
No siempre ha de matar al buen amor la distancia,
por si acaso, siempre he dejado la puerta abierta,
Dejemos definitivamente atrás el llanto.
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