Sabiendo que así es como me destrozas la alegría,
No te impliques tanto en romper éste buen encanto,
Mejor deja que tu alma me cubra con su manto,
Déjame disfrutar a tope de tu compañía.
No salgas así corriendo y con rápida estampía,
Al final no podrás recomponer el quebranto,
Si insistes tanto me colmarás de desencanto,
Tu buen amor yo lo tenía guardado en mi alcancía.
Si decides irte me quedo con impotencia,
Con la cara pintada de un rictus de amargura,
Y el alma plena de rastrojos llenos de sequía.
Tus acciones no están llevadas por la indolencia,
Pero me tienes bordeando la misma locura,
¡Sufro tantísimo estando inerte en tu lejanía!
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