¡No te imaginas lo mucho que suelo soñarte!
Al ir abriendo mis ojos veo el inmenso vacío,
Más tengo claro que el esfuerzo no será baldío,
¡Me duele mucho el corazón de tanto extrañarte!
¿Qué sentido tiene que me obligues a olvidarte?
Mi alma te quiere con su total y libre albedrío,
La línea roja de tu olvido es mi gran desvarío,
Te amo sin locura transitoria y voy a esperarte.
En tu ausencia me siento triste, solo y sediento,
Ese es mi tesoro, mi secreto y única verdad,
No quiero llegar a pensar que soy tu descarte.
Para gran pena mía no puedo gritarlo al viento,
El verte de lejos me llena de felicidad,
Quiero emplear toda mi vida en intentar buscarte.
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