En vivir a orillas de tu boca, en tu compañía,
Ir a pasear junto a tu esbelta y bella figura,
Dejarte el corazón entero y toda su anchura,
Vaciando por completo mi amor, todo el que cabía.
Ayer, tú me hiciste ver claro que sí que podía,
Que intentándolo con mucha fuerza y sin fisura,
Podía sacar a tu corazón de su clausura,
Y terminar de cuajo con esta melancolía.
Ando enamorado hasta las trancas por tu encanto,
Una sinfonía preciosa y precisa en mi pecho
Suena sin igual cuando te tengo en mi cercanía.
Al menos no seas tan cruel y dame un adelanto,
Yo me encargo de que no te arrepientas de lo hecho,
En ello empeño mi vida, pues esa es mi alegría.
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