Que tienen mucha constancia,
y el amor es lo que les reina,
y llevan como estandarte,
quitarse juntos las penas,
cada uno de ellos comparte,
amor a manos llenas sin fronteras.
Tantas horas desesperadas,
han dejado honda huella,
pero con su esperanza,
llegarán mañanas tiernas,
Atrás queda el llanto,
una luz relampaguea,
Juntos van en pos del faro,
que les saca de las tinieblas.
Empiezan a sonar clarines,
sus corazones se aconsejan,
que juntos han de vivir,
porque son duros como piedras,
y profundo ese sentir,
que suave rueda y renueva,
en busca de la felicidad,
un remanso de paz inmensa.
Hartos de vivir un sentimiento mudo,
de tener que andar con componendas,
han decidido que urgía,
mutilar de un tajo a su tristeza,
y ahora buscan el laurel,
una rama de olivo nueva,
porque tambores enamorados,
anúncianlo que se estrena,
que el dolor de lo prohibido,
por fin muere y se aleja.