Los muertos clamando por su justicia,
en un país demasiado olvidadizo,
Escondiendo el ala en un cobertizo,
Las ovejas berrean con mejor pericia.
Los asesinos andan sueltos por las calles,
los difuntos solos en el Camposanto,
banales son las diferencias y detalles,
para una Judicatura que causa espanto.
Asesinos y violadores brindan con cava,
mientras las flores adornan las tumbas,
decirme, en política: ¿Quién se salva?
parece darles lo mismo que sucumbas.
¡Cuánta sangre derramada por la cara!
¡cuánto inocente ha pagado con su vida!
¡cuánto caradura escondido tras la máscara!
¡cuántas vidas deleznables y podridas!
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