miércoles, 6 de noviembre de 2013

1303 MALHUMORADO



Su alma ya no se agita,
su corazón está condenado,
mi flor luce marchita,
parece que ya me ha olvidado.

Sin embargo a veces resucita,
dando vida al ajusticiado,
vuelve con fuerza y palpita,
no todo está acabado.

¡Cuánta alegría suscita!
con un gesto aterciopelado,
cada vez más lista y erudita,
con menos pose de robado.

Maldita la hora maldita,
que dejé de estar enamorado,
este corazón aún hoy grita,
demasiado malhumorado.

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