la camisa al cuello no llega,
estampa de la mar bravía,
dulce Dulcinea manchega.
Sus brazos son dos largos ríos,
sonrisa amplia como los mares,sin ella el semblante es sombrío,
con ella hay fuegos artificiales.
Posee la tranquilidad de los pastores,
aliñada con una lucidez pasmosa,Princesa de mis sueños de amores,
de sentido común y muy juiciosa.
El faro al que apunta mi quilla,
el precioso sur de todo mi norte,con mirada angelical de chiquilla,
la distancia no hay quien la soporte.
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