Me das el desayuno, la comida y la cena,
El móvil inmóvil en la mano esperando,
Sigues a tu royo sin soltarte la melena,
Y yo en mi mundo esperando y desesperando.
Tengo tanto frío que me tiritan los huesos,
A mí no me sucede lo que el viento se llevó
Mi disco duro está encallado en un proceso,
Mirando de reojo a todo lo que sabe que amó.
Me encuentro muy solo rodeado de mucha gente,
Los días interminables son un puro infierno,
La noche amenaza con un insomnio inclemente,
Es lo único de mi vida que realmente es eterno.
El paso del tiempo no borra las cicatrices,
Mi mente zozobra llena de tantas penurias,
Este sentimiento tiene muy fuertes las raíces,
Harto ya de tantas enjundias y tantas injurias.
Tienes llena tu alcancía de besos que no lanzas,
Tu corazón padece de una severa amnesia,
Ni soy Don Quijote ni tampoco Sancho Panza,
¡Ya ves! Parece que hemos topado con la Iglesia.
Te imagino oteando tu horizonte desde el risco,
Gritando tu amor al mundo y a pleno pulmón,
Puedes acusar a mi corazón de todo menos de arisco,
La peor ceguera del mundo es la ceguera del amor.
El mundo por montera, tu amor mi único faro,
Todo se desvanece con un simple comentario,
A veces, sin quererlo, hay que pasar por el aro,
El Ave Fénix resurge a pesar del mal fario.
La verdad es que hay mucho ruido y pocas nueces,
Se ha secado hasta la mala hierba del huerto,
Nos vamos a cazar y seguro que pescamos peces,
Hasta los ciegos tienen los ojos bien abiertos.
Ahora la pelota está varada encima de tu tejado,
Dicen que todo lo que no engorda, por definición mata,
Parece que mi amor bien a broma te has tomado,
Mi alma en carne viva, espera la blanca fumata.
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